En ocasiones, cuando se habla del importante papel que desarrolla México en la industria minera, se pasa por alto el compromiso que esta tiene con el desarrollo de los entornos sociales que contribuyen en el crecimiento de las comunidades. El enfoque negativo que crea la oposición de la industria, no alcanza a opacar la labor trascendente que la minería hace posible.
Uno de los problemas a los que se enfrenta la minería es que en México no se reconoce su valor, pues a lo largo del territorio mexicano existan varios yacimientos minerales, las creencias erróneas e inconformidad ha mantenido en pausa la minería en muchas zonas.
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“México es un país minero, pero desafortunadamente los mexicanos no lo reconocemos o no lo sabemos”, comentó Andrés Robles Osollo, vicepresidente de relaciones con el gobierno y asociaciones de la AIMMGM.
Cabe mencionar que el país cumple con excelencia en diferentes sectores como el petrolero, automotriz, etc., sin embargo, el minero recibe poco reconocimiento, pese a ser de los principales contribuyentes del PIB Nacional.
“Nos reconocemos como país petrolero, como país maquilador de automóviles; somos seguidores de fútbol, pero lamentablemente desconocemos lo que nos dio origen como país: la minería”, recalcó.
México destaca en y con la minería
Una producción de renombre le ha otorgado a México el reconocimiento en cuanto a la extracción de plata; del mismo modo, México se posiciona entre los 10 primeros lugares en la producción de oro, cobre, plomo y zinc.
A la par que crece su presencia en el sector, se adhieren otras prácticas cuyo centro es apoyar, impulsar y desarrollar las comunidades. La minería formal promueve los valores positivos y modernos en todas las zonas aledañas a las unidades mineras, algunos ejemplos de ello son las iniciativas que tienen como objetivo promover las relaciones comunitarias.
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La empresa Esperanza Silver es ejemplo del trabajo continuo y comprometido con las personas, animales, entornos, etc. Su unidad minera Esperanza, ubicada en Tetlama, Morelos, es reconocida por incorporar con excelencia a sus operaciones los marcos actuales de políticas públicas del gobierno federal, el respeto por los derechos humanos, el respeto por la legislación ambiental, el compromiso de ser un factor de desarrollo para la localidad.
Dicho proyecto minero está alineado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas, que busca construir un modelo de Minería Social y Ambientalmente responsable.
De esta manera, la minera aporta los recursos materiales y humanos necesarios para llevar a cabo todas las actividades que se contempla en cada uno de los ejes de trabajo.